sábado, 26 de enero de 2008

Segunda Opinión

¡Nos están envenenando!

Por
Sergio Esteban Vélez,
El Mundo, viernes 18 de enero de 2008

El año pasado, este columnista expuso, ante el honorable Concejo de Medellín, 20 propuestas que, de materializarse, mejorarían muy significativamente la fluidez del tráfico vehicular del Valle de Aburrá, sin tener que talar ni un solo árbol.
Ahora, meses después, cuando estudios de la mayor seriedad han confirmado la gravedad de la situación de contaminación en este estrecho valle, cuya polución supera, con amplísimo margen, todos los límites permisibles de precaución (especialmente por la mala calidad del combustible que nos venden y por nuestra particular topografía), el Colectivo Ecológico de Antioquia y su dirigente Julio Jiménez Zuluaga, aprovechando el cambio de año y de alcalde, han formulado una serie de proyectos, en espera de que el alcalde Salazar se muestre más consciente y ejecutivo que su antecesor, por este urgente tema.

En la comunicación que han dirigido al burgomaestre, destacan los siguientes puntos:

Comprar los clubes El Rodeo y Campestre, para hacer grandes parques públicos arborizados.

No abrir más vías a expensas de zonas verdes. Construir otros metrocables y hacer que el Metroplús sea movido por hidroelectricidad. Tranvía eléctrico por la 80 y otras vías.

Comprar manzanas enteras para más parques arborizados, en toda la ciudad.

Implementar “Inspecciones Urbanas” y fortalecer las Inspecciones de Policía, para hacer cumplir todas las normas sobre protección de espacio público, manejo de negocios, ruido, seguridad, construcciones, etc.

Promover parqueaderos en altura, especialmente en las proximidades de las estaciones del Metro (ya está el acuerdo 222 de 2007 que da estímulos a los particulares que los construyan) y tomar medidas para que los carros vayan a ellos, en vez de estacionarse en las vías y zonas verdes.

Recuperar todas las zonas verdes modificadas por particulares al frente de sus inmuebles y cobrarles esta recuperación.

Mantener impecables el pavimento y la señalización en las vías. Los trabajos de este mantenimiento deberán desarrollarse en las noches.

Establecer horarios escalonados en empresas y establecimientos educativos, para evitar congestiones de tránsito y en el Metro en horas pico.

Limitar y reglamentar la construcción de nuevos edificios y obligar a los centros comerciales a dejar el 50% de su terreno en zonas verdes.

Sacar los buses del Centro y peatonalizar y arborizar el mayor número de sus vías.

Exigir a Ecopetrol un combustible de excelente calidad para nuestra ciudad o importarlo hasta que la empresa nacional lo produzca óptimo.

Reducir al mínimo la contaminación del aire por vehículos, industrias y empresas, con fuertes multas por incumplimiento.

Hacer lo necesario para que se construya cuanto antes la variante de la Troncal Occidental de nuestro país, entre La Pintada y Puerto Valdivia, que ahorraría el cruce de más de 2.000 vehículos diarios por nuestro valle.

Establecer un sistema de reciclaje organizado y efectivo.

Construir nuevos puentes sobre el río Medellín y optimizar la malla vial de la ciudad, con rutas directas de buses y paraderos fijos obligatorios.

Reestructurar la entidad del Área Metropolitana, para que sea un ente verdaderamente dedicado a la protección del Medio Ambiente y no gaste su presupuesto en realizar daños ambientales irreversibles como la destrucción del parque lineal de la Regional, donde se gastarán 36.000 millones de la Sobretasa Ambiental.

Ampliar el Pico y Placa durante todo el día e impulsar el uso de las ciclovías y ampliar su cobertura.

Chatarrizar vehículos viejos. Establecer varios días sin carro al año.

Implementar masivamente fuentes limpias de energía como la solar aprovechando que tenemos luz de sol, todo el año.

Establecer horarios para el transporte pesado, especialmente en horas de la noche.

Crear un puerto seco en el Sur y utilizar la línea férrea existente al lado río para el transporte de carga.

Establecer trenes de cercanías conectados con el Metro.

Construir parqueaderos cercanos a las estaciones del Metro conectados a ellas con puentes peatonales.

Establecer peajes urbanos.

Crear nuevos polos de desarrollo para tratar de desinflar la ciudad. Medellín no puede seguir creciendo desproporcionadamente, mientras el resto de los 63.000 kilómetros cuadrados de nuestro departamento siguen estancados.

Como vemos, pues, son muchas las medidas y reglamentaciones a las que debería acudir la Administración, para evitar el desastre ecológico y cumplir con la protección al sagrado derecho constitucional a un ambiente sano y a una buena calidad de vida de los millones de habitantes de Medellín. Nuestros estudiantes y los representantes de las nuevas generaciones, que tendrán que padecer las consecuencias del caos climático global y de la pérdida de la capa de ozono, sufrirían un poco menos.

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