lunes, 26 de noviembre de 2007

Segunda Opinión

Ganó Bogotá en Medellín

Por
Rafael Rincón Patiño*


El moderado finge resolver los problemas sin afrontarlos
El moderado hace la vista gorda ante la especulación inmobiliaria.
El moderado echa a los inquilinos de sus casas en el centro y
después se las revende a los magnates de la especulación.

Manifiesto de Darío Fo en su campaña a la alcaldía de Milán


Luis Pérez es un liberal galanista que adhirió tardíamente a la campaña reeleccionista del presidente Uribe Vélez —sólo ocho días antes se apuntó a la reelección—. Estuvo apoyado, mas no avalado, en su empresa electoral por César Gaviria Trujillo presidente del Partido Liberal y por Germán Vargas Lleras presidente del Partido Cambio Radical.

La candidatura de Luis Pérez Gutiérrez no gozó del consenso de los partidos tradicionales, ni del partido presidencial de la U en pleno, lo que lo llevó a inscribirse como candidato mediante firmas a nombre de un “grupo significativo de ciudadanos”.

Si Luis Pérez hubiera salido electo a la alcaldía de Medellín el presidente Uribe V. no quedaba en la foto de la victoria. La imagen del triunfo reportaría a Germán Vargas Lleras a la diestra y a César Gaviria Trujillo a su lado izquierdo. Ambas colectividades reclamarían el triunfo y, así, perdería la U no sólo en Bogotá, Calí y Cartagena sino también en la “casa” del Presidente.

La adhesión de Cambio Radical a la campaña de Luis Pérez generó la reacción del presidente Uribe V., quien se vino, chequera en mano, y en un acto de proselitismo electoral sin antecedentes, a entregar los subsidios presidenciales del programa Familias en Acción, en compañía del también parcializado alcalde Fajardo V.

Por otro lado, el candidato Luis Pérez G. no dejo entrever en sus promesas un asomo de acuerdo de gobernabilidad con los dueños del poder económico y político y dejo traslucir que podía gobernar sólo para la clase política y para sus electores.

En Medellín ganaron las elecciones los estratos sociales 5 y 6; estos estratos desequilibraron con su copiosa votación el empate electoral. Estos estratos votaron por el candidato que se presentó como el continuador de la obra del alcalde, y en rechazo a las promesas que nada le decían a sus intereses. Un computador de USD 100 dólares para los estudiantes de Eafit es algo ridículo frente a la plusvalía que se han ganado con el desarrollo constructivo de esta administración.

Los estratos sociales 5 y 6 se dieron la pela electoral escogiendo un plebeyo de grandes calidades humanas, sobretodo un candidato distinto al que odian (basta con mirar las redes sociales en Facebook que promueven el odio y el voto en contra). El “golpe” del 5 y 6 fue un golpe de sentimientos y no de ideas que se reflejo en la propaganda negra.

Alonso Salazar J. no fue votado en los estratos 5 y 6 por ser Alonso Salazar J., ni fue elegido por sus ideas, sino por no ser Luis Pérez y por ser la continuidad de Sergio Fajardo. Así lo quiso, también, el presidente Uribe V., el partido de la U., el Grupo Empresarial Antioqueño y los noticieros nacionales.

Prefirieron el candidato incoloro, el oficial, el de los indígenas, al candidato “populista” y aborrecido. “Alonso Es”, fue una campaña asesorada por el nefasto propagandista J. J. Rendón que aprovecho el sentimiento de odio creado en campañas anteriores para poner a ganar al candidato de la U.

Alonso Salazar J. es un comunicador, con preocupación, trabajo y compromiso social, que constituyó con Sergio Fajardo V. un movimiento político llamado Compromiso Ciudadano, que tuvo el mérito de romper la hegemonía bipartidista en la ciudad integrando una gama amplia de organizaciones sociales, de iniciativas empresariales y el descontento con los partidos tradicionales.

Con el apoyo de Lina Moreno de Uribe y la prensa nacional el uribismo le dio la vuelta a Fajardo V. Medellín se ha comido un uribismo envuelto en huevo con Sergio Fajardo V.; es un uribismo encriptado, un uribismo a la broasted. Un uribismo que conquista el poder en la Universidad privada Eafit y lo celebra en el barrio popular de Santo Domingo Savio.

Las mismas Organizaciones No Gubernamentales (O.N.Gs.), otrora renuentes al presidente Uribe V., se transformaron en Uribismo No Gubernamental (U.N.Gs.) guiadas por la mano de seda de Lina Moreno y del “ideólogo” de la inteligencia superior llamado José Obdulio Gaviria.

Los estratos 5 y 6 optaron por el mal menor de Alonso Salazar J. al enemigo declarado de Luis Pérez G. Sin embargo, temen que Salazar J. se les convierta en un caballo de Troya, y por eso lo hicieron aceptar preliminarmente el acuerdo de gobernabilidad confeccionado por la administración Fajardo V. y Juan Felipe Gaviria G., gerente de epm.

A Luis Pérez G. le falto una dosis de conciliación con los empresarios antioqueños, que lo llevara a debatir y fundar un pacto de gobernabilidad sobre los principios de equidad y transparencia. La equidad como su carta de presentación y la transparencia como su falencia, su lado cuestionado.

En Medellín, como en Bogotá, también ganó Moreno, pero la Moreno de Uribe Vélez. Ganaron los paisas de Bogotá. Ganó la “gente bien”: Uribe V., José Obdulio Gaviria, Lina Moreno, los empresarios, Héctor Rincón, Fajardo V. y los estratos 4 y 5. Prometen que Medellín será una ciudad bien gobernada por los de arriba con la gerencia de un plebeyo.

Luis Perez G. perdió el mano a mano con el presidente Uribe V. y con el alcalde Sergio Fajardo. Pudo ganar, pero le faltó tomar partido, una dosis de templanza y una dosis de movilidad.

Alonso Salazar J. escogió el camino del centro y ganó. Con el discurso de la transparencia y de la antipolítica y el apoyo logístico de su predecesor, guiado por la mano derecha del presidente Uribe V., acompañado de la mano amable de la Primera Dama, Lina Moreno, y de la inteligencia media del asesor presidencial José Obdulio Gaviria consiguió la victoria.

Tiene Alonso Salazar J. la obligación y la convicción de hacer una ciudad para todos, ojalá sin odios y sin barras bravas contra los adversarios, como las aupadas desde la terraza de la alcaldía por Fajardo V.

Que sea una alcaldía sin corrupción en la contratación y sin corrupción en las decisiones, una alcaldía imparcial, sin privilegios con los poderosos: fuerte con los fuertes y noble con los débiles. Especialmente, una alcaldía democrática y de derechos como la hemos soñado desde hace muchos años.

Alonso Salazar J., de formación socialista, tiene el desafío de gobernar una ciudad neoconservadora. Su origen le reclama equidad y su respaldo le exige transparencia.


* Director de háBeas Corpus, Consultorio de Derechos y Gobernabilidad.


Medellín, 6 de noviembre de 2007

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